Alexander Pichushkin, el asesino del ajedrez

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Descripción de Alexander Pichushkin, el asesino del ajedrez

asesinato crimen novela negra


Este audio le gusta a: 69 usuarios

Comentarios

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escobaralvaroluis

Me ha gustado mucho el programa

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Petit golovkin

gran programa, muy bueno os escucho siempre, chikitaloooo

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Humberto Pérez-Tomé

Disculpad si alguno no ha oñido bien la grabación... Nosotros lo hemos comprobamos en nuestros equipos y sí se escucha con calidad. No obstante lo haremos saber en producción para que se registre mejor el sonido. Gracias a todos por vuestros avisos y sugerencias... ;-)

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Cygnus

Por cierto, es Andrei Chikatilo, no Chikilato.

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Manoly

Pena el audio, porque el programa es excelente...permanezco enganchada a vuestro podcast...

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isa

La narración no la escucho bien , luego se escucha mejor .

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dawa

Enhorabuena por el programa pero casi no se escucha, el volumen es muy muy bajo. Un saludo

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Anónimo

Haz el favor hombre, y graba los programas con mas volumen!!!!

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Xavier

Enhorabuena una vez más por vuestro trabajo. Y gracias.

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La Quintada

En mi opinión este sujeto no se habría detenido nunca. El porqué de ser más meticuloso al principio, a no dejar pistas, podría quizá deberse a una intención de perfeccionarse y sentirse fuerte, totalmente seguro, de que su nombre pasaría a la historia. Una vez satisfecho consigo mismo, miró al siguiente nivel y creyó que era destronar a su ídolo, el carnicero de Rostov. El hecho de esa apariencia de descuido después de tal número de víctimas, además de un desafío a la policía creyéndose impune, podría ser un modo de dar emoción a su "juego" con lo que intensificar ese placer por sustraer vidas que, por otra parte, no significaban nada para él. Concluyo en que, quizá, habría fijado su próxima marca en personajes como Gary Ridgway o Henry Lee Lucas, como si fuese su propia competición, y llegar a un número tal que fuese muy complicado, sino imposible, que alguien lo pudiese desbancar como el más prolífico asesino del mundo. Quizá, y no estoy nada seguro de ello, habría confesado sus crímenes de seguir impune por entonces. No por saturación emocional, sino por ego. Alcanzando una cifra descomunal, inalcanzable para los que viniesen tras él a su criterio, querría saborear la fama, recoger el fruto de su "trabajo" y que su nombre pasase a la historia. Aprovecho para felicitaros por el programa, aprendo mucho con vosotros

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