Entrevistar al cubano Eduardo López Collazo es un privilegio. El director del Instituto de Investigación Sanitaria IdiPaz, de Madrid, tiene 1.700 científicos a su cargo y ha sacado tiempo de su apretada agenda para atender a las preguntas de CiberCuba. Con él hemos hablado de la COVID-19, un virus que conoce bien porque está estudiando la interacción del virus con el sistema inmunológico, e incluso en su hospital (La Paz) se está probando la vacuna de una farmacéutica. Además, acaba de publicar un libro junto al virólogo José Alcamí titulado Coronavirus, ¿la última pandemia?, que se ha convertido en número uno de ventas en Amazón. "Lo de en noviembre todo el mundo vacunado, no lo veo", dice a este diario aclarando que, siendo muy optimista, él cree que no habrá una vacuna hasta primavera de 2021. En todo caso, aclara que ninguna (vacuna) tiene un 100% de eficacia y la práctica ha demostrado que los mejores prototipos llegan a inmunizar a un 60 por ciento de la población. Para proteger al otro 40% es importante seguir desarrollando herramientas en los laboratorios. Durante una hora de entrevista, López-Collazo explica a los lectores y espectadores de CiberCuba por qué el coronavirus surge en Wuhan; cómo se puede frenar su contagio; los prototipos de vacunas que se están probando; los fallos en la contención del virus en la primera y segunda ola o el 'milagro' de Cuba, donde las colas no influyen en la curva de contagios que reporta a diario el Gobierno, o China, donde todo parece estar bajo control. López-Collazo no cree que la COVID-19 haya salido de un laboratorio, aunque admite que existe un 5 por ciento de posibilidades de que esto haya ocurrido. Él defiende que el virus ha dado el salto de los animales a los humanos a través de un proceso llamado zoonosis. En su opinión, se ha dado en Wuhan por la interacción con especies salvajes, algo que se puede dar probablemente debido a la deforestación que sufre nuestro planeta, que puede estar provocando que ciertos virus que pueden estar en esas especies y que no están interactuando con el ser humano consigan llegar a estos. Entre las causas que estarían provocando la expansión del coronavirus él señala en primer lugar una desescalada acelerada como la de España. En su lugar, recomienda que es más efectivo, pese al impacto en la economía, 'desconfinar' de manera muy progresiva, como lo ha hecho Nueva York porque "sin salud no hay economía que valga". Menciona también entre los fallos el uso de la mascarilla porque dice que no sirve de nada que la gente la use a toda hora y luego vaya a un restaurante o un gimnasio, que son ambientes cerrados, y se la quite sin conocer a la persona que está en la mesa de al lado o a quien inspira y expira en la misma clase de yoga, por ejemplo. En estos casos, insiste, hay que actuar con sentido común. Otro punto flaco del control del coronavirus, añade, es que no se han analizado y reportado los datos de concentración del virus del coronavirus en las aguas fecales de la ciudad. Esto permitiría a las autoridades adelantarse al menos una semana al escenario que puede venir en camino, asegura a CiberCuba. Este científico cubano radicado en España defiende además la opción de los confinamientos quirúrgicos, que consisten en cerrar zonas muy delimitadas de ciudades donde se hayan detectado focos de coronavirus. Además, cree que para controlar la pandemia se debió crear un comité de expertos formado por científicos, sociólogos y economistas que debatieran y llegaran a un consenso sobre cuáles son los escenarios ideales. En su lugar, dice, se tomaron medidas al azar. Un niño de Jovellanos Pero CiberCuba no sólo ha hablado con López Collazo sobre coronavirus. También hemos conversado con él de cómo un niño nacido en Jovellanos (Matanzas) se ha convertido en el único extranjero que a día de hoy dirige un centro de investigación científica en España. Para eso, recalc...
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