Queridos amigos,
Ahora, el verano siempre comienza con el día más caluroso del siglo según informa anualmente la Agencia de Meteorología.
Antes, quedaba inaugurado el día en el que los chavales a la hora de la siesta empezábamos con nuestros partidos futboleros diarios.
Ahora, no existe formación que se precie que no realice en pretemporada una gira por Asia o América, en vez de jugar contra el Conquense y la Cultural Leonesa.
Antes, no se disputaban Supercopas, ni apasionantes previas de la Champions contra el campeón de Azerbayán o de Kazajistán.
Ahora, vivimos los tres meses más calurosos del año con la incertidumbre y el desasosiego de saber que superestrella mundial pasa a engrosar la lista de galácticos.
Antes, no habían culebrones veraniegos. Nos conformábamos con lagartijas a las que les cortábamos la cola.
Ahora, los trofeos veraniegos son poco menos que vetustos vestigios de una sociedad atávica y pueblerina.
Antes, las tanganas en el Carranza o en el Teresa Herrera, eran tan propias del verano como las tormentas vespertinas de agosto.
Ahora, cada verano las rayas de toda la vida de las camisetas de los distintos equipajes futboleros, adelgazan, se tornan verticales o simplemente, desaparecen.
Antes, no existían tiendas de outlet dónde pudieses comprar la camisola oficial de tu equipo del año anterior, por tan sólo 50 miserables euros.
Ahora, no sabes si todavía existe el Botafogo, el Atlético Mineiro o el Vasco de Gama.
Antes, el Peñarol o el Nacional de Montevideo, jugaban tantos partidos estivales en España como en el Torneo de Apertura uruguayo.
Ahora, es tal la parafernalia desplegada que no sabes si acudes a la presentación del último fichaje merengue o a un concierto de Julio Iglesias, hasta que el señor que está sobre el escenario dice Hala Madrid o Yeahhh.
Antes, los cromos de los últimos fichajes se imprimían con la misma foto del jugador con su anterior equipo, pero retocada con un rotulador “Alpino”.
Ahora, las maletas no son de piel y ya no se ven bikinis de rayas.
Antes, el verano era azul.
Buenas tardes, y saludos cordiales.
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