La piedra rosetta fue descubierta el 15 de julio de 1799 por el capitán francés Pierre-François Bouchard en el pueblo egipcio del delta del Nilo denominado Rosetta (también llamado Rashid), cuando las tropas capitaneadas por Napoleón Bonaparte se encontraban guerreando contra las de Gran Bretaña en las tierras de Egipto.
La piedra iba a ser transportada a Francia por los miembros del Instituto de Egipto, pero los ejércitos ingleses, que habían desembarcado en la primavera de 1801, la confiscaron pese a las enardecidas protestas de Étienne Geoffroy Saint-Hilaire ante el general británico Hutchinson. La piedra de Rosetta se exhibe en el Museo Británico de Londres desde 1802.
La primera traducción completa del texto griego apareció en 1803. Sin embargo, pasaron veinte años antes de que fuera anunciado el descifrado del texto egipcio por Jean-François Champollion en París en 1822. Gracias a las comparaciones de varios textos escritos con signos jeroglifícos se percató de que existían letras homófonas; podían sonar igual, pero se escribían de dos formas distintas. Como la T en Cleopatra y Ptolomeo: sonaba igual, pero se escribía de manera distinta en cada uno de los nombres. Pronto pudo estudiar las inscripciones del templo de Karnak, situado en Tebas, lo que le permitió reconstruir el nombre de Alejandro. Tardó poco tiempo en lograr reconstruir un alfabeto fonético que se podía aplicar a todos los nombres grecorromanos que habían sido escritos en egipcio. Le faltaba lo más difícil: lograr descifrar los nombres reales en egipcio.
El 14 de septiembre de 1822 la puerta del despacho de Jacques-Joseph se abrió de golpe y un emocionado Jean-François, que había estado trabajando en casa, como era costumbe, entró corriendo al grito de Je tiens l'affaire! (¡Lo tengo!) y cayó desvanecido al suelo. Durante unos instantes Jacques-Joseph creyó que su hermano estaba muerto. Nada más lejos de la realidad, el jovén Champollion había recibido textos mil quientos años más viejos que los de la Piedra Rosetta, que contenían nombres reales. Para su asombro, había sido capaz de reconocer nombres de reyes egipcios que previamente se había encontrado en las obras grecorromanas.
Traducción de un fragmento del texto de la piedra de Rosetta:
Bajo el reinado del joven, que recibió la soberanía de su padre, señor de las insignias reales, cubierto de gloria, el instaurador del orden en Egipto, piadoso hacia los dioses, superior a sus enemigos, que ha restablecido la vida de los hombres, Señor de la Fiesta de los Treinta Años, igual que Hefaistos el Grande, un rey como el Sol, gran rey sobre el Alto y el Bajo País, descendiente de los dioses Filopáteres, a quien Hefaistos ha dado aprobación, a quien el Sol le ha dado la victoria, la imagen viva de Zeus, hijo del Sol, Ptolomeo, viviendo por siempre, amado de Ptah. En el año noveno, cuando Aetos, hijo de Aetos, era sacerdote de Alejandro y de los dioses Soteres, de los dioses Adelfas, y de los dioses Evergetes, y de los dioses Filopáteres, y del dios Epífanes Eucharistos, siendo Pyrrha, hija de Filinos, athlófora de Berenice Evergetes; siendo Aria, hija de Diógenes, canéfora de Arsínoe Filadelfo; siendo Irene, hija de Ptolomeo, sacerdotisa de Arsínoe Filopátor, en el (día) cuarto del mes Xandikos (o el 18 de Mejir de los egipcios).
Comentarios
Aun estas aquí
Muchísimas gracias
Como lo contabas tu, jamás nadie lo hará ........
...que tiempos ...