Así como el jazz estadounidense hacía mancuerna con la música latinoamericana a mediados del siglo pasado (Chano Pozo en la orquesta de Dizzie Guillespie, por ejemplo) dando luego forma al latin jazz; el bolero cubano tomaba prestadas las improvisaciones y los complejos modismos del jazz para dar forma al “filin”.
César Portillo de la Luz es quizás el mayor representante del género (o subgénero, como se vea) nacido en los suburbios habaneros, con el feeling al cantar y tocar la guitarra, con aires urbanos, edulcorados e improvisados.
Mas resulta que el tico Ramón Jacinto Herrera llegó también por Cuba en 1953, guitarra al hombro, y enamoró a Olga Guillot (o fue enamorado por la luego exiliada anticastrista) y se juntó con Portillo y José Antonio Méndez, y otros insignes compositores del género y luego rodó por el mundo, guitarra al hombro, hasta que hace 5 años colgó la de 6 cuerdas y cerró los ojos. Pero hace mucho que Ramón Jacinto era Ray Tico. Y no lo ha dejado de ser ni lo hará.
El 15 de agosto pasado se cumplieron esos 5 años, y el 31 de octubre entrante Portillo, en La Habana, cumplirá 90. Bonita casualidad para acercarnos al género con temas de los dos artistas y, además, de Méndez, Marta Valdés, Urbano Gómez Montiel, Juanito Márquez y Ela O`Farrill.
Ray nació en Limón en 1928, y cuenta la biografía que le hizo Mario Zaldívar que tocaba maracas y luego guitarra para recibir turistas en el puerto. A los 14 años emigró a San José buscando programas de radio donde cantar, y luego haría un recorrido por Suramérica. Como si le picaran los pies, en 1953 llegó a La Habana, en donde se contagió de la efervescencia artística local. Seguiría viajando y componiendo, mantendría varios bares en San José en donde amenizaba con su guitarra y tendría un homenaje en el Teatro Nacional, un par de semanas antes de morir.
El “filin” al que dedicó su vida se diferencia del bolero, a fin de cuentas, en la actitud: es una interpretación más libre tanto a nivel vocal como de acompañamientos y solos, aunque gravita ahí muy cerquita y, de hacerse una interpretación ortodoxa –sin feeling- el resultado es un bolero.
En los inicios del género –y casualmente en casi toda la obra de Ray Tico- el acompañamiento era una guitarra, sobre todo por las presentaciones en bares y cafés pequeños, lo que hacía de la interpretación algo íntimo y cercano (y más barato), detalles que luego tomarían prestados los trovadores.
El género se vio frenado en Cuba por la guerra civil en la época de Fulgencio Batista que derivaría en la revolución de Fidel Castro, pero eso hizo que muchos artistas emigraran a México y Estados Unidos, algunos –o su descendencia- reforzando el jazz latino, mambo y chachachá (Guillot, Celia Cruz; Tito Puente, Machito), y otros el auge del bolero en México -allí la influencia está evidenciada en compositores locales como Roberto Cantoral (“Reloj”) y Armando Manzanero (“Esta tarde vi llover”), por ejemplo-.
En las décadas siguientes en Cuba el auge sería para la canción política y comprometida socialmente –mientras afinara con el régimen- de la Nueva Trova Cubana.
El programa #77 de Latido América despunta con el tema de Portillo “Delirio”, en interpretación de Ray (presentación incluida, con la comicidad de un amigo). A medio camino César Portillo con una de sus composiciones más conocidas: “Contigo en la distancia”, en versión suya y de Cheo Feliciano; luego “Eso es imposible” (de lo más conocido de Ray) en versión suya en vivo e instrumental del guitarrista Mario Ulloa. Luego vendrá la magnífica “Romance en La Habana” (Mag-ní-fi-ca, sí), y la última pieza que, por última, adquiere un tinte de elegía: “dondequiera / que tú estés / allí estaré yo: / en una canción, / en un recordar / o en un suspirar”. Así es, Ray. Aquí estás.
P.D.: El tema Contigo en la distancia lo compuso Portillo en 1946, el mismo año del nacimiento de Silvio Rodríguez. El trovador en sus años de juventud tocaba temas de Portillo y lo sigue admirando tanto que en su disco Cita con Ángeles le dedica un tema. Otro que le debe mucho al “filin” es Pablo Milanés, quien en su disco Feeling rescató a autores casi olvidados como Gómez Montiel y O`Farrill en lo que, nos dice Pablo, “yo llamaría neofeeling o pre-trova”. A Milanés lo podemos considerar como un puente entre esta generación renovadora del bolero y la generación renovadora de la canción cubana, mejor conocida como Nueva Trova.
Latido #77
Delirio, Ray Tico (César Portillo de la Luz)
La gloria eres tú, José Antonio Méndez (José Antonio Méndez)
Sólo para recordar, Ray Tico (Ray Tico)
Canción de un festival, Omara Portuondo (César Portillo de la Luz)
Tú no sospechas, Marta Valdés (Marta Valdés)
Contigo en la distancia, César Portillo de la Luz (César Portillo de la Luz)
Contigo en la distancia, Cheo Feliciano (César Portillo de la Luz)
Eso es imposible, Mario Ulloa (Ray Tico)
Eso es imposible, Ray Tico (Ray Tico)
Canta lo sentimental, Pablo Milanés (Urbano Gómez Montiel)
Romance en la Habana, Ray Tico (Ray Tico)
Alma con alma, Tito Gómez (Juanito Márquez)
Adiós felicidad, Francisco Céspedes (Ela O`Farrill)
Dondequiera que estés, Ray Tico (Ray Tico)
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