Antes del horror inmortal de ‘Frankenstein’, antes de que Mary Godwin fuera Mary Shelley, estaba Mary Wollstonecraft, una de las escritoras más importantes del siglo XVIII que nos dejó regalos feministas como la revolucionaria ‘Vindicación de los derechos de la mujer’. Las dos fueron "proscritas románticas" adelantadas indudablemente a su tiempo, y aunque la historia las ha retratado por separado, sus vidas guardan una relación tan estrecha, sanguínea y similar como si fueran la misma persona. Madre e hija, dos autoras de dos de las obras clave de sus épocas correspondientes, en distinto espacio y tiempo, se deshicieron del nudo de su hogar y de su familia, alzaron la voz y la pluma en un mundo que todavía acallaba a las mujeres y lucharon con hambre por su independencia. Wollstonecraft y Shelley, Mary y Mary, convivieron juntas solo durante diez días hasta que la madre falleció por las consecuencias del parto, pero la huella que dejó en su hija sería un impulso vital para convertirla en la escritora más importante de su generación.
Shelley no conoció a su madre pero no habría sido la misma sin ella. “El recuerdo de mi madre ha sido siempre el orgullo y la dicha de mi vida”, dijo la propia autora. Las palabras de su padre fraguaron en su cabeza desde pequeña: siendo hija de escritores, la escritura era su herencia. Así, el radicalismo filosófico que se encendió en Wollstonecraft continuó ardiendo en Shelley, quien se aprendió de memoria pasajes de la obra de su madre. La autora de ‘Frankenstein’ visitaba la tumba de Wollstonecraft casi a diario y llevó allí al que sería su futuro marido, de quien adoptaría el apellido.
Frankenstein
Entrevistamos al coordinador del magnífico libro "Frankenstein: Un mito literario en diálogo con la filosofía, las ciencias y las artes", TOMÁS MARTÍN HERNÁNDEZ.
Un monstruo, un mito, una leyenda... Un ser excepcional nacido de la prodigiosa imaginación de la gran novelista Mary Shelley.
«No sucedió en una noche, ni en otro tiempo. Sino en una mujer.Se llamaba Mary Shelley... y su mirada es la que ahora nos ve desde las páginas de este libro». Gonzalo Suárez
Cuando en 1818 la joven Mary W. Shelley dio a luz a su primera novela titulada Frankenstein o el moderno Prometeo, jamás sospechó que, aquella triste y perturbadora historia imaginada unos años antes en la villa Diodati, habría de convertirse en una de las obras literarias más influyentes de todos los tiempos. Doscientos años después, su monstruo inmortal se ha erigido en uno de los grandes mitos de la modernidad. Su contenido se ha vinculado tanto a la historia de la ciencia como al desarrollo de diversas tradiciones filosóficas, literarias y artísticas. Prueba de la plena vigencia durante estos dos siglos de su mensaje han sido las incontables ocasiones en las que el relato ha sido trasladado al teatro, al cine, la televisión o el cómic. Frankenstein hoy es un símbolo, entre otros muchos, de la pugna entre Fe y Razón, de los límites éticos del progreso científico, de las ambiguas relaciones del hombre con sus creaciones tecnológicas o incluso de las difusas fronteras que separan la normalidad de lo monstruoso.
De forma amena y rigurosa esta obra profundiza en Frankestein partiendo de perspectivas tan diversas como son la Geografía Física, la Historia, la Filosofía de la Ciencia, la Historia del Arte o los Estudios Culturales y de Género. Los fabulosos ensayos incluidos abordan diferentes aspectos relacionados con la novelista y sus personajes. Así se invita al lector a rastrear la huella psicológica de Mary en su relato, a conocer los avances científicos y los espacios físicos que pudieron inspirar su escritura, a desvelar las íntimas conexiones entre la pintura romántica y la novela, o a hacer un recorrido histórico por la iconografía del monstruo a través de sus numerosas encarnaciones en el campo del cine, el cómic y la ilustración; una joya para disfrutar y aprender.
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