“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” Romanos 12: 2 (N.V.I)
Al comenzar esta reflexión, algunas personas posiblemente pueden pensar, ¿porque mente de gusano y no de mariposa? Y es por la sencilla razón que una mariposa no puede tener esa gran belleza sin antes ser una oruga. Tanto es así, que yo he escuchado decir, en el jardín de mi casa vi un gusano, pero casi no he escuchado decir, en el jardín de mi casa vi una oruga. El que no sabe la diferencia entre una oruga y un gusano, no podrá definir que lo que ahora ve como un gusano (pero que realmente es una oruga) más tarde será una bella y espectacular mariposa.
En nuestra vida espiritual, cada día debemos de tener cambios positivos, procesos que Dios permite para nuestro bien. Si nos comparamos con la oruga, al principio no sabe que en un tiempo muy cercano, su movilización por este mundo será transformada de ser una oruga que se arrastra como todas, a ser una especie preciosa, colorida y que se luce al tiempo que mueve sus alas mientras va posando sobre las flores del jardín.
La metamorfosis no es fácil, pero es necesaria. Las cuatro etapas son: el huevo, la oruga, la crisálida y la mariposa. Creo que la más fascinante es la de la crisálida, es la etapa de la transformación durante la cual los tejidos de la oruga se deshacen y las estructuras adultas del insecto están formadas. Después de deshacerse de los tejidos viejos, los cuales ella misma se despoja, sale a la luz la mariposa. Este proceso lo hace ella sola. Así es con los creyentes, cada quien tiene que despojarse de su etapa vieja, para comenzar la nueva. Hoy es un día para mirar hacia adelante, saber que puedes volar en las alas del Espíritu, y poder reflejar la imagen de Jesucristo, la cual fue dada a nosotros, para Gloria de Dios Padre.
Hoy te compartimos estos versículos:
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” Efesios 4: 22-24
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