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 POLÍTICA DE POLÍTICOS - POLÍTICOS DE POLÍTICA - Tomo I - Capítulo XV: 'Compra de favores'- J. Híades

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UNIÓN UNIVERSAL DESARROLLO SOL

---obras para pensar y abrir conciencia- ---Resto de trabajos. Gracias por divulgar---https://www.ivoox.com/escuchar-juan-galan_nq_190805_1.html ---y en formato de obra escrita, de acceso gratuito, desde UNIVERSAL GLOBAL DE EDICIONES en www.universalproyecto.org y en www.escuelaabierta.eu Mientras los poderes, tal como están concebidos, continúen existiendo, solo podrán guardar un perfecto equilibrio, si entre ellos, tanto el ejecutivo, el legislativo y el judicial, se respeten y no se interfieran unos contra otros; es decir, sepan, dentro de la hegemonía, guardar su individualidad e independencia. Es como un matrimonio que pretende perdurar en el tiempo y ante las adversidades, podrán lograrlo, si son capaces de madurar en la NO inferencia de uno sobre el otro; como vengo exponiendo: ‘juntos, pero no atados’. La individualidad debe ir ligada o apuntada a la propia independencia; nadie es dependiente ni propiedad de nadie; nadie es autoridad de nadie; todo lo demás, será querer tirar hacia delante, con los mismos e idénticos lastres, generados en el pasado. El control y equilibrio de sí mismo, producirá una adecuada convivencia entre ambas existencias. En un bosque, existen multitud de ejemplares, pero todos guardan el equilibrio y respeto de su espacio vital; no controlan; solo se controlan así mismos para no inferir en los inmediatos. Eso es algo natural; precisamente es lo mismo que busca y desea el ciudadano; por mucho que lo entorpezca y pretenda impedir esa minoría elitista, con su juego insaciable de intereses, no quepa la menor duda que lo conseguiremos, porque el despertar de conciencias ya no parará, hasta completar la etapa correspondiente. La fuerza, para imponer decisiones, por muy legisladas que se encuentren y preserven, dícese, las garantías jurídicas; todo ello, solo es posible, en formas de gobiernos débiles y cada vez más decadentes, muy lejos de la verdadera voluntad del populacho soberano. Eso sí, todos, como abogados, debemos defendernos, pero también, como jueces, debemos sentenciarnos, para pagar en la misma medida que así obremos. No escondernos tras la cobardía de nuestras acciones y aprender a dar la cara a la luz de la verdad de nuestras acciones es lo que nos permitirá crecer en valores. Esos deben ser nuestros principios reales. Por tanto, observen qué vigilancia más extraordinaria debemos realizar sobre nosotros mismos y tener cuidado en lo que pensamos, en lo que deseamos, en lo que hacemos y mucho ojo, con la intención que lo concebimos. Todo abuso de poder es fiel reflejo de la errónea enseñanza que se viene dando sobre valores ya obsoletos. La vida política se encuentra repleta de esos abusos, camuflados, pero abusos en definitiva. La barbaridad de dar por sentado que hay que proteger a una parte de la sociedad de la otra parte social, es símbolo inequívoco, de erróneas políticas fragmentadas y divisorias que solo buscan mover a las masas, a sus conveniencias, caprichos e intereses de poderes políticos. ¿Cómo vamos a pretender proteger a la sociedad de la sociedad, si su latir es unísono, y su horizonte de aspiraciones son idénticas? Más bien, protejamos a las masas sociales de los poderes políticos; pero no pretendamos comparar a las manipuladas masas sociales, con las porfías que los grupos políticos tienen entre sí, ajenos a las miras e interese del ciudadano. La tiranía no sale de la mayoría, el peligro verdadero de esas tiranías existentes, radican en las formaciones de identidad política, es decir, en las minorías elitistas.

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