A lo mejor te preguntarás ¿Por qué una página de liderazgo y desarrollo personal tiene un artículo de flora bacteriana y salud? ¿Debería esperarme este tipo de artículos aquí?
Te cuento un poco de la historia de mi perspectiva escribiendo en Liderazgo Hoy. Cuando comencé el blog, mi enfoque estaba en temas prácticos enfocados en el liderazgo, desarrollo personal, trabajo en equipo, etc. (Temas como “6 pasos para alcanzar tu sueño“, “4 etapas para alcanzar sabiduría“, “6 claves para desarrollar hábitos” etc. ).
Con el tiempo, me di cuenta de que había un factor adicional neurálgico para nuestro desarrollo como líderes: la psicología. Los tips, claves y secretos eran buenos, pero necesitaban un basamento que implicaba la reprogramación mental (porque nuestra mente, genera las emociones, que nos hacen tomar decisiones, que nos dirigen a un destino u otro).
A medida que me involucraba más en la psicología y el poder de la mente, descubrí que nuestra mente está controlada a la vez, por nuestro intestino: lo que ahora llamamos el segundo cerebro.
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El intestino: nuestro segundo cerebro. En nuestro intestino tenemos más de 200 millones de neuronas, la misma cantidad que tiene el cerebro de un perro o un gato.
Algo interesante es que nuestro cerebro está conectado directamente a nuestro sistema digestivo y, cada vez más, se están detectando enfermedades cerebrales tales como Alzheimer y Parkinson a través de pruebas en el intestino.
Poco a poco estamos entendiendo porqué existe esa conexión tan fuerte entre el cerebro y el área abdominal: es donde sentimos el miedo, el enamoramiento, ansiedad, etc. De hecho, muchas veces lo que llamamos “corazonada” viene más del área abdominal que del corazón.
Por dar un ejemplo: la serotonina es un neurotransmisor que está ligado al estado de ánimo, apetito, sueño y memoria. Las personas que están depresivas clínicamente normalmente tienen una deficiencia de serotonina. De hecho, los antidepresivos más comunes (SSRIs) funcionan manteniendo la serotonina en el cerebro por más tiempo.
Hoy se ha descubierto que el 95% de la serotonina es producida en el intestino. Es decir, cada vez más se está descubriendo una conexión entre los estados de ánimo: paz, optimismo, vitalidad, energía, depresión, rabia, ansiedad, etc. con el intestino.
Nosotros pensábamos que nuestras emociones afectaban nuestro “estómago” pero realmente es nuestro “estómago” (intestino) el que afecta nuestras emociones.
Ahora bien, no es sólo el intestino… porque no estamos solos.
La flora bacteriana: nuestros 100,000 billones de amigos. En nuestro cuerpo tenemos más de 100,000 billones de bacterias. Es el ecosistema más grande y concentrado del mundo. En nuestro cuerpo tenemos más bacterias que estrellas en la vía láctea. Tenemos 100 veces más ADN de bacterias que ADN humano.
En otras palabras, nosotros somos más bacterias que ser humano.
En nuestro cuerpo tenemos más de 2kg de bacteria que genera más del 30% de la energía que necesitamos. Esto se debe a que mucha de la comida que consumimos no podemos digerirla, pero las bacterias sí.
Interesante curiosidad: Se hizo el siguiente experimento con ratones: A varios ratones agresivos le colocaron en su intestino bacteria previamente extraída de ratones pacíficos. Al poco tiempo, los ratones dejaron de ser agresivos. De la misma manera utilizaron bacteria extraída de ratones agresivos y se la colocaron en el intestino a ratones pacíficos, volviéndose estos agresivos en poco tiempo. (Stephen M. Collins. McMaster University, Canada)
¿Y cuál es el problema que está sucediendo con nuestra bacteria? Que por muchos años hemos asociado la palabra microbio y bacteria con algo negativo. No lo hemos visto como parte de nuestro ecosistema que nos ayuda a funcionar óptima y sanamente sino como un agresor a nuestra salud.
En consecuencia, antibióticos excesivos, químicos utilizados para matar insectos y maleza (glifosato), casas esterilizadas y lociones antibacteriales que utilizamos a diario han acabado con una parte importante de nuestra flora bacteriana y estamos viviendo los síntomas de tal error.
Mientras uno cuando niño jugaba en la tierra, iba a la montaña, se ensuciaba, etc. ahora vivimos en un mundo esterilizado que nos está haciendo daño. El péndulo se ha movido a un extremo que va en contra de nuestra biología.
Cada vez más se está descubriendo conexiones entre la diversidad y salud de la flora bacteriana y alergias y enfermedades como autismo, asperger, Parkinson, Alzheimer, e inclusive diabetes y problemas cardiovasculares.
¿La bacteria buena y la bacteria mala? Aunque muchos definen que tenemos en nuestra flora bacteria buena y batería mala, realmente lo que tenemos es un balance o un desbalance. Por ejemplo, se ha determinado muy baja relación de un par de bacterias en los individuos que sufren de depresión, también se han conseguido altos niveles de otro tipo de bacteria en personas obesas.
Diferentes comidas nutren diferentes bacterias, y si comes mucho de las comidas incorrectas, alimentarás a un tipo de bacterias que crearán un desbalance en tu flora intestinal y te causarán muchos problemas.
Si quieres mejorar tu salud necesitas balancear y aumentar la diversidad de tu flora bacteriana.
¿Cómo balanceo y aumento la diversidad de mi flora bacteriana? Idealmente haciéndose un examen personalizado con Viome (no tengo afiliación) donde estudiarán tu flora intestinal y te darán recomendaciones específicas para tu persona. Sin embargo, para la mayoría de las personas (por costo y localización) esta opción no es posible.
Como regla general, estas son mis recomendaciones:
Alimentación: Elimina azúcares y carbohidratos procesados. Come muchos vegetales con fibra. Minimiza la papa.
Integra estas super-comidas para la flora bacteriana: Sauerkraut, mantequilla (de vacas que comen pasto), ajo, caldo de hueso de res, kefir, repollo, entre otros.
Sal y disfruta de la playa y parques. No tengas miedo de quitarte los zapatos y llenarte las manos de tierra.
Suplementa tu dieta con probióticos y prebióticos.
No uses antibióticos excepto que sea absolutamente necesario. De tener que utilizarlos, aumenta las dosis de probióticos, prebióticos y super-comidas luego de 2-3 horas de tomarte el antibiótico y continúa así mucho después de haber terminado el ciclo.
No utilices antibacteriales en tu casa. Lávate las manos con agua y jabón.
Palabras finales: Gran cantidad de enfermedades: desde falta de energía, sistema inmunológico débil hasta situaciones graves como Alzheimer, Parkinson o depresión clínica, están conectadas al intestino y la salud y diversidad de tu flora bacteriana.
No te veas más sólo como un humano independiente, sino como un organismo que es parte de un ecosistema más grande y complejo que está lleno de bacterias y microorganismos. Mientras más te hagas uno con el ecosistema, más salud, bienestar y felicidad tendrás en tu vida.
La entrada La salud y la flora bacteriana. Por qué necesita ser tu enfoque principal y cómo mejorarla aparece primero en Liderazgo Hoy.
Comentarios
Buen tema. El glifosato no mata bacterias al contrario estás lo degradan a moléculas más simples. Una agricultura orgánica o Biodinámica puede ser tan mala para la salud como una agricultura convencional con exceso del uso de herbicidas e insecticidas...
Googlear sobre medicina funcional y bioreguladora. Saludos.
En México ya hace al menos 5 o 6 años ya no se vende ningún tipo de antibiótico sin previa receta médica
se llama fécula de papa el probiótico
Excelente tema Víctor Hugo, me gustó mucho. Esa información me ayuda mucho para dársela a mis clientes. Gracias y un feliz fin de semana.